“No podía haber un pueblo más dichoso”
- Shelter
- 25 oct 2020
- 3 Min. de lectura

Hemos escuchado infinidad de veces que debemos ser discípulos de Jesucristo, se nos ha enseñado que debemos de seguir y tratar de ser como él, pero ¿Realmente lo hemos puesto como nuestro ejemplo para poder seguir adelante en nuestra vida terrenal?
La iglesia debe llevar su nombre ya que es a quien nosotros hemos decidido seguir, porque es quien dio su vida porque podamos encontrar paz y consuelo ante nuestras aflicciones, también para que podamos obtener perdón ante nuestros errores, por medio de quien obtendremos misericordia.
Si en cada una de las cosas que hacemos recordamos a Cristo y las cosas que hemos aprendido sobre él, nuestro camino será mucho más sencillo, el prometió quitar las cargas de nuestros hombros y al recordar la bendición que dio a los 3 nefitas, de poder morar sobre la tierra para predicar hasta su regreso, pensé en cuantas veces tenemos miedo de pedir cosas por temor a no obtener una respuesta, ellos tenían miedo de pedir lo que también Juan el amado le pidió, pero Cristo sabía que el deseo de sus corazones era puro y no sólo se los concedió, sino les dio los medio para que pudieran cumplir su plan, les dio poder para no sentir penas o dolor, más que por los pecados de los hombres y les bendijo con tal poder que Satanás no podría tentarlos.
¿Cuántas veces no nos hemos quedado callados en nuestras oraciones por temor a la respuesta que tendremos? ¿Realmente ejercemos nuestra fe ante las aflicciones pidiéndole al padre fortaleza?
Cuando deseamos seguirle, nuestros caminos se enderezan, las aflicciones obtendrán una solución y podremos obtener las respuestas que necesitamos, las promesas que se nos han hecho son eternas, y sólo se nos pide acoplarnos a la voluntad de un amoroso Padre Celestial, seguir sus mandamientos y seguir a Cristo en todas nuestras acciones, ser testigos de él sobre la tierra, y aunque no tenemos la oportunidad de verle de manera física, podemos acceder a él en el momento que lo necesitemos, podemos seguir la guía del Espíritu Santo, y así prosperar en la tierra y cumplir el Plan que se nos han mandado.
Más cuando obtengamos todas estas bendiciones, no olvidemos de donde provienen, no dejemos que el orgullo llene nuestros corazones, ni permitamos que las riquezas del mundo nublen nuestra naturaleza divina como hijos de un padre celestial, o perdamos de vista del sacrificio que Cristo hizo por cada uno de nosotros, ya que esto es lo que nos permite poder progresar en esta tierra, nuestro progreso debe ser constante, tampoco se nos pide conformarnos con las circunstancias actuales que vivimos, se nos pide buscar lo mejor para poder también brindar excelencia a cada persona que lo requiera, porque podemos ser el medio por el cual otros pueden ser bendecidos, pero cuando dejamos esta a un lado hemos olvidado el propósito que tenemos como hijos de Dios y esto podría tener un costo tan alto, como lo sería perder nuestra exaltación.
No permitamos que nuestros recuerdos espirituales se nublen por cosas materiales, recordemos que podemos lograr todo siempre con la ayuda de Nuestro padre celestial y Jesucristo, a medida que busquemos enaltecer el reino de dios, podremos enaltecer nuestra propia vida, siendo una luz para los que nos rodean, busquemos siempre fortalecer nuestro testimonio sobre el evangelio de Cristo que es un tesoro sobre la tierra y es el único medio por el cual podremos encontrar la plenitud en esta vida y la vida venidera.
Comentarios